De cara al horizonte: Crónica de una muerte anunciada: conciencia humana, DEP.

martes, 14 de mayo de 2013

Crónica de una muerte anunciada: conciencia humana, DEP.

Hoy la moribunda conciencia del hombre ha exhalado el último aliento. Ya hace mucho tiempo que el hombre dejó de ser hombre y volvió a convertirse en la más terrible de las bestias que ocupan este planeta. ¿El asesino? Un sistema complejo que nació después de la Segunda Guerra Mundial, un sistema de valores fundamentalmente que lleva alienando al hombre desde hace mucho tiempo. Cruenta fue la batalla que enfrentó a Europa y al mundo hace ya medio siglo, pero peor fue la solución de anestesiar al hombre para que jamás fuera consciente de los horrores que hoy en día se siguen cometiendo con la peor de las armas que existen: la falta de humanidad.

¿El arma? Un comunicado que probablemente pasará inadvertido porque nuestro sistema de valores así lo establece. Hoy la FAO afirma que los saltamontes tienen más proteínas que una chuleta de vaca y, por tanto, propone comer insectos para combatir el mundo.

"No estamos diciendo a la gente que debe comer bichos", advirtió Eva Muller, directora de la División de Economía, Políticas y Productos Forestales de la FAO. "Lo que decimos es que los insectos son sólo uno de los recursos que brindan los bosques, y que se puede explotar su potencial como alimento".

Algo va muy mal cuando un organismo internacional que se supone busca lo mejor para la paz y la dignidad del hombre propone comer bichos para combatir el hambre si, según sus propios informes, al año se tiran 1300 millones de toneladas de alimentos mientras 870 millones de personas pasan hambre. Cabrían a 1500 kilos de comida al año, 124 al mes y 4 al día. No creo que yo coma siquiera tres kilos de comida al día.

Algo va muy mal cuando la FAO propone comer insectos para combatir el hambre del mundo si, según informes de la ONU, vivimos en un planeta en el que una quinta parte de la población obtiene el 80% de los ingresos, mientras otras dos quintas sobreviven con menos de dos dólares al día.

Algo va horriblemente mal cuando la FAO propone comer bichos para combatir el hambre pasando por encima todas estas barbaridades. Esta es la peor muestra de que hoy la FAO ha firmado su rendición: hoy todo el poder del sistema comparte los valores que este propone al cien por cien, aun cuando los datos reflejan su inviabilidad.

Hoy más que nunca he perdido la fe, pero no en el hombre, sino en nuestro presente. Pero hoy más que nunca soy consciente de que necesitamos un cambio y ese ha de llegar ya. Si no hoy, mañana, y si no, dentro de algunos meses. Hoy he visto que la adversidad es grande, pero más grande tiene que ser nuestra voluntad de cambiar las cosas. Y no hacen falta guerras, ni revoluciones, ni sangre, ni llamas, ni bombas. Hace falta sentido común, tolerancia y voluntad. Y sé y confío en que podemos hacerlo. Porque si para que yo pueda comprar un litro de caldo por menos de un euro, 870 millones de personas han de pasar hambre, yo no quiero vivir en un mundo así.

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