martes, 1 de septiembre de 2009
De nuevo, el puzzle
Llega el momento. El puzzle se ha roto, ha volado en mil pedazos. Lo he aguantado más tiempo del que debiera. Y ahora me resiento. Se acerca la noche, una muy larga. Y en la intimidad de la oscuridad se escucha un lamento, desgarrador aullido de un alma herida. Más de una noche necesitaré para que el puzzle luzca, si no nuevo, al menos parecido. El día parece lejos, el sol me esquiva. Entre los fragmentos de un dolor frío el sueño se apodera de mí. Al despertar, día nublado, pero al menos día. La noche, larga como muchas juntas, ha pasado. Esperaré sentado, mientras supura la herida, a que el día me regale una sonrisa y las lágrimas curen el dolor. Pero nunca podré borrar la cicatriz. Cicatrices que recorren y recorrerán mi cuerpo, recuerdos de noches de dolor y pegamento, juntando los trozos de un puzzle que nunca parece bien hecho.
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