De cara al horizonte: Feliz

martes, 8 de septiembre de 2009

Feliz

Era un manojo de nervios. La angustia oprimía su pecho al mismo tiempo que la desesperación le quitaba aliento, vida. Mientras, preguntas y preguntas acechaban su mente, la martirizaban, y se iban sin dejar respuesta. "¿Por qué, Dios mio? ¡Sólo tiene tres días! Sólo hace tres días que reposa en mis brazos y ya me lo quieres arrebatar." Cuanto sufrió para dar a luz a tan pequeña e indefensa criatura, y cuánta recompensa al verle en sus brazos, llorando, luchando por respirar, por vivir, dando las gracias a quien le había dado la vida. "Dios mio, por favor, dale una oportunidad". Los minutos pasaban. Cada uno de ellos era un grano de arena que se deslizaba al vacío y añadía un instante más de incertidumbre. Pero tras un buen rato, la respuesta llegó. Se había salvado. Fue a verlo de nuevo para cerciorarse de que el milagro era real. Y al verlo de nuevo, envuelto en una manta blanca y con sus pequeños ojos cerrados, con su barriga subiendo y bajando, supo que daría hasta su vida por aquel ser que descansaba en esa cama. Al verlo respirar otra vez, libre de todo peligro, supo que alguien en algún lugar y por algún motivo, la quería. Al contemplarlo, con sus mejillas sonrosadas y sus dedos minúsculos, disfrutando del placer de vivir de nuevo, supo que, en ese preciso instante, nada ni nadie sobre la tierra o en el universo era tan feliz como ella. Feliz.

1 comentario:

Tau dijo...

Porque el Amor Divino siempre está ahí para aquellos que lo invocan desde la pureza de un corazón entregado al Amor.
Porque debemos aprender a confiar en el infinito Amor que es el origen de la vida sobre nuestro pequeño mundo.
Porque la felicidad no es un estado, es una opción de vida...
Un texto hermoso. El mundo no necestita pensamientos de aliento y esperanza, y es nuestra responsabilidad ofrecérselos.
Sembremos mensajes de amor para recoger una cosecha de paz...
Te quiero hijo.