jueves, 17 de febrero de 2011
Las cosas simples
Lleva tiempo preguntándose qué diablos pasa, como es posible que pueda seguir sangrando un animal disecado, cómo puede abrasar el corazón, quemar el alma, el recuerdo de una llama apagada. Vino, dejó su huella y se fue. Pero esperaba que la huella fuera la marca de algo bonito y sincero, no la cicatriz de una herida sin cura ni remedio. Ahora intenta encontrar su lugar en la noche, donde ni siquiera la oscuridad le deja dormir; y en el día, aunque ni el sol sirva para arrancarle una sonrisa. Aún recuerda las palabras de aquella venerable anciana que le dijo que el amor es simple, y a las cosas simples, se las lleva el viento. Ahora se encuentra de cara al mar, mendigando una mísera brisa salada que le deje al menos descansar, preguntándose si algún día aparecerá un huracán que borre sus recuerdos o le borre a él de la orilla del mar.
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1 comentario:
A veces, el tiempo no es la cura de algo, heridas, muertes, mal de amores...solo es tiempo. El puede ser un aliado, cuando metemos la mano en la llaga y la remendamos..
Un abrazo grandote..
Naia
Te deseo un finde muy feliz
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