De cara al horizonte: Se busca río perdido

jueves, 11 de agosto de 2011

Se busca río perdido

Todo sigue igual, más igual que nunca. La inercia es la fuerza que empuja a seguir a aquello que hace tiempo murió, como un río que se secó montaña arriba y cuyos peces se resisten a aceptar que nunca llegarán al mar, mientras tozudos continuan aleteando entre ramas secas y granos de tierra, alargando su agónica agonía, posponiendo la realidad. Y a pesar de todo, de vez en cuando cae una gota de agua, incluso dos, y todos saltan de alegría y sueñan que todo mejorará sin hacer nada, y hacen de la seca soledad, de la agria amargura, un helado de sal con una pizca de azúcar. Y cuando la gota, o gotas, se secan, dejando como recuerdo el vapor y la humedad en el ambiente, la felicidad se esfuma, la impotencia regresa, pero ellos siguen nadando entre la tierra esperando que las aguas vuelvan a su cauce y les lleve al mar. Y la pizca de azúcar desaparece, e incluso el helado de sal se derrite. Sólo permanece un cucurucho vacío lleno de esperanzas que se desvanecen cada vez que sale la Luna. La Madre Naturaleza ya no sabe qué hacer, cómo decirles que ya nada será igual, que no alarguen aquello que hace tiempo debió terminar.
Se busca río perdido. Se buscan ganas de vivir.
La Madre Naturaleza busca unos peces menos tontos e ilusos que sepan a dónde tienen que ir.

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