De cara al horizonte: junio 2012

miércoles, 27 de junio de 2012

Recuerdos. Cuídate Pedro


No ha pasado tanto tiempo y sin embargo se ha hecho tan largo... El tiempo es eterno cuando de repente te falta alguien y supongo que para ti será lo mismo. En realidad, nadie se va nunca del todo ni de repente, su recuerdo permanece y se diluye en el tiempo como se disuelve una gota de agua en el suelo, dejando su huella y, aún desapareciendo después, enriqueciendo a la tierra y dando lugar a más vida.
Y eso es lo que hago yo hoy, avivar la llama del recuerdo, devolverte a la vida aunque no sea como quisiera.
Espero que estés bien y que nos eches de menos como nosotros a ti.
En realidad no sé mucho más que decirte... Hace ya tres años que han parecido tres siglos... pero sigues estando aquí, de alguna manera. Y, de alguna manera, siempre estarás.
Un abrazo y cuídate mucho allá donde estés.
Ángel.

miércoles, 20 de junio de 2012

De lo imposible

Se miraron a los ojos:
ella, sonrisa desgastada,
dientes alicaídos,
derrota en su mirada.

Él, oronda barriga,
oronda como su alma;
corazón de hierro,
voluntad de paja.

Se vieron el uno al otro,
con los ojos mudos,
y comprendieron con enojo
que ya no eran uno.

A pesar del tiempo,
de lo ancho recorrido,
de los obstáculos superados,
del dolor vivido.

A pesar de la fe,
de la inercia de la vida,
del incesante discurrir del tiempo
que todo y nada olvida.

A pesar de los pesares
y de los frutos de su amor,
comprendieron que no siempre
es suficiente amar sin condición.

Y la llama se apagó
como se extingue una estrella,
dejando de su grandiosidad
una luz que parpadea,

recuerdo de lo que un día fue
y jamás regresará,
recuerdo de lo que pasa sin consuelo
pero que por algo ha de pasar.

Hay cosas que son imposibles
y sólo imaginarlas ya son una maravilla...
maravillosamente dolorosa.

lunes, 18 de junio de 2012

La búsqueda

Sangra el corazón
la voluntad perdida,
que huye despavorida
hasta un rincón.

Escapa la razón
en cada latido
que pierde el sentido
y la compasión.

Compasión o sin pasión,
con voluntad o sin ella,
con sentido o sin razón,
jamás habrá cosa tan bella.

Y estos son los versos
de un loco anestesiado
que más allá del dolor
no ha conocido el amor.

Pobre desdichado
que busca en sus heridas
el afecto que no encuentra
en su locura siniestra.

Cicatrices lacerantes
de un alma suplicante
que grita en silencio al corazón:

"Escúchame, insensato,
no busques el amor
si aún no lo has encontrado en ti mismo".

"No hay mayor abismo
que el ancho dolor
de buscar en otros lo que hay en mi interior".


miércoles, 13 de junio de 2012

Nomadi and the wolf

Uno nunca sabe en qué momentos la vida le deparará sorpresas, ni tampoco sabe si serán buenas o malas. A veces, de las peores experiencias se sacan las más valiosas lecciones, y en los momentos más malos aparecen las mejores oportunidades.
Y en esto que una mala experiencia y un perro intrépido dieron lugar a que dos personas encontraran uno de los mayores tesoros que el hombre puede encontrar jamás: la amistad. Y con ella, cosas que uno nunca olvida y que no pasan desapercibidas, ni siquiera aunque uno lo pretenda. Un abrazo a tiempo, una charla interminable, algunas 'bombas' a la luz de la Luna... son algunas de ellas.
Uno nunca sabe cuándo la vida le abrirá una puerta, por eso hay que estar muy atento para colarse cuan rápido se pueda. La última vez, alguien estuvo raudo cual lobo feroz y mereció la pena. Ahora un nómada recorre el bosque mientras el lobo se asoma entre los árboles y le grita: ¡Bu!, con la esperanza de arrancarle un susto y una sonrisa, aunque a veces el lobo sea quien se asuste cuando el nómada le pilla desprevenido.
Y entre susto y susto, ambos saben que durante su travesía, bajo la atenta mirada de las estrellas que reflejan la oscura claridad de las charcas y la siniestra belleza del bosque, uno siempre contará con la ayuda del otro.

Felicidades Bu, espero que la vida nunca deje de depararte sorpresas. Aprovéchala al máximo, que dicen que los lobos viven siete u ocho años, aunque seguro que los buenos viven más.
¡Hakuna Matata!


viernes, 1 de junio de 2012

En una caja de cartón

Uno nunca sabe dónde va a encontrar la felicidad ni en qué forma. Por eso hay que tener los ojos bien abiertos, el corazón atento y el alma vigilando. A veces puede ser una canción, otras una afición, otras una persona... incluso puede que sea muchas cosas juntas.
Y cuando uno la encuentra, en ocasiones ni siquiera se da cuenta, y entonces el tren pasa de forma estruendosamente sigilosa, dejando un hueco en el aire que el aire mismo rellena, y su único recuerdo será el viento que a su paso deja.
Y otras veces, la sorpresa sobrecoge al corazón, que se acurruca dentro del alma, que cierra los ojos sin querer nada ver. Y entonces el tren pasa de forma estruendosamente melancólica, con la sensación de dejarse cuentas pendientes entre los pulidos y brillantes raíles, de perderse entre las vetas de las traviesas que se esconden del Sol entre las piedras.
Pero hay veces en las que los ojos se iluminan e iluminan el alma, que a voces le grita al corazón que palpite más fuerte para poder seguir al tren que lleno de júbilo corre, y a su paso deja huecos que el aire intenta llenar, pero a los que la felicidad llega antes, inundándolo todo con su explosiva presencia.
Uno nunca sabe dónde va a encontrar la felicidad, porque esta puede estar en todos los sitios, incluso en una caja de cartón. Por eso, nunca se abandona la voluntad, nunca se pierde la esperanza, nunca se dice nunca, porque siempre todo puede pasar.

Con cariño para Laura.
Felicidades.




Dreams at the sky




De regalo, esta canción que encontré el otro día y me gustó bastante.