martes, 11 de enero de 2011
La metamorfosis interrumpida
Había olvidado por completo quién eras tú y quién era yo. Al darme cuenta, tú seguías siendo tú, pero yo era un sucedáneo de imágenes borrosas, recuerdos inadvertidos entre escena y escena, una historia con principio y sin final, si es que un tímido "adiós", cuando aún sonaba el eco del "hola", puede considerarse un fin. Y así, recordé mientras agitaba la mano, que yo nunca había sido yo, que tú siempre habías sido tú, y que los sueños de los que se alimentó la oruga le impideron por siempre jamás convertirse en una mariposa.
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