He buscado en mil diccionarios
las palabras que para ti no encuentro,
que te escribo a escondidas
porque al pensarlas, les tengo miedo.
He borrado tantos versos que
podría con ellos contar mi vida,
pero solo narran una historia
que, sin ti, no quiero ni entiendo.
He escuchado tantas veces
mis promesas rotas,
que mis palabras, que no encuentro,
se vuelven vacías, frías, de hielo.
He dado tantos pasos
en un camino sin rumbo ni final,
que podría dar la vuelta
a un mundo que ya no quiero habitar.
Tus sonrisas se convirtieron en droga,
y mis silencios en una adicción
que rellenan los huecos
de mis frases vacías y ausentes.
El aire ya no sirve,
ni la sangre me revive,
pues mi corazón late
si tú lo sigues.
Pero tú no estás,
ni jamás lo harás,
y mi corazón no late
ni volverá.
Porque no hay palabras
en el mundo que me puedan consolar,
ni puedan decirte cuánto necesito
que me hagas soñar;
Que dibujes un camino
en el que mis huellas se borran
cuando tus pies las vuelven a pisar.
Porque no hay silencios en este mundo
para que te pueda contar
la historia sin palabras
que jamás quisiste escuchar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario