Un día volverá
a lucir en ti una sonrisa,
y cada noche
serás muy feliz, sin prisa.
No corras, no vueles,
si no es para saltar de alegría,
no llores ni desesperes,
que las lágrimas son sal baldía.
Late, corazón,
que eso de ti se espera,
no pienses, sigue,
aun cuando ni yo te crea.
Y te repudiaré muchas veces,
como reniego de la razón,
sentirás la injusticia con creces,
y la insensatez de la pasión.
Así es el amor,
así es la vida,
sentado espero
a que llegue ese día;
en el que a pesar de la lluvia,
el Sol lo ilumine todo con osadía,
con la que una mañana sombría
te dediqué mi primera sonrisa.
A pesar de lo imposible,
que es todo y nada en mi mundo,
aun roto lo irrompible,
te espero con paciencia infinita.
Hace tiempo que no sé,
dónde empecé a caminar,
hace mucho que dejé
de mirar hacia el final.
Ya no importa el principio,
ni dónde todo acabará,
basta saber que un día,
con elegancia se resolverá.
Mientras, disfruto del camino,
a pesar de la lluvia y del frío,
mientras, sin prisa ni pausas,
sé feliz, no hay mejor destino.
Dedicado a mi hermano secreto.
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