Bajo la noche se hunden mis pies,
no toco el suelo, que se desvanece,
que se pierde y me condena.
Llueve, me caigo, no me levanto,
no puedo sentir más que dolor,
solo el agudo sentir de que
llora desconsolado mi corazón
Nunca lo esperé, nunca lo busqué,
pero sin querer apareció
y sin pensarlo pensé que quizás
el gris no fue nunca mi color.
Y quise decirte que quería pintar
de arcoíris mi sangre marchita,
pero tus miradas frías
me evitan, me invitan a dudar.
Quizás es tarde, quizás no eres tú,
quizás jamás debí pensar que
bajo la noche mojada de una ciudad
de hormigón
encontraría consuelo al sinsentido
que gobierna mi corazón.
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