De cara al horizonte: La burla de los grandes

lunes, 26 de diciembre de 2011

La burla de los grandes

Iba caminando, tranquilamente, con miedo, sí, pero confiado en poder seguir. Ante él, la incertidumbre de la oscuridad, de quien no sabe lo que se encontrará dos metros más allá, sobre qué suelo estará pisando, si es que acaso habrá suelo que pisar. Y, de repente, la eternidad se mostró ante él. El cielo pasó del más absoluto ostracismo a la luminosidad absoluta. Y bajo él, un camino infinito, largo, del cual no podía acertar a distinguir el final. Entonces apareció el miedo de verdad, la desconfianza, y se dijo a sí mismo que no le había pedido a nadie saber tanto y ahora lo sabía todo, sabía que tendría que caminar hasta que el último nervio de su cuerpo dejara de tener nervio tanto si le gustaba el camino como si no. Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Y él mismo se burló de aquel que nunca se había encontrado con la certeza absoluta en alguno de los latidos de su corazón. Comenzó a andar, resignado, con la esperanza de que algún día un chaparrón de agua fría lo despertara de la cárcel de su sueños, encontrándolos a estos moribundos en su corazón con las manos manchadas con la sangre del delito. A veces merece la pena, a veces no, lo cual siempre da igual.

1 comentario:

Oscar Palazon Vazquez dijo...

muy bueno, pasate por mi nuevo blog www.recmoment.blogspot.com