De cara al horizonte: El desdichado y su desdicha

lunes, 15 de febrero de 2010

El desdichado y su desdicha

Se halló de cara al blanco y puro lienzo, intentado discernir cómo remediar su virginidad.De repente sintió que quería pintar muchas cosas, y sabía como pintarlas todas juntas, pero no cada una de ellas por separada. Y se dió cuenta de que todas no cabían. La noche se hizo, la oscuridad lo envolvió todo, mas el lienzo brillaba a la luz de la luna, anhelando albergar algo en sus entrañas. Y el pintor ansió comenzar a pintar, y el cuadro ser pintado, y los pinceles, empapados en color, y el caballete, librarse de tan pesada carga. Pero la noche no trajo consigo respuestas. Las preguntas se acumularon y formaron una pesada carga que se hundió en el alma del desgraciado pintor, provocando un enorme socavón oscuro y un ruido sordo y seco al tocar fondo. Las estrellas comenzaron a aparecer, burlonas, en el cielo, iluminando aún más al desdichado y a su desdicha, que refulgía de pena. Lágrimas comenzaron a brotar de los ojos del angustiado pintor, mojando incoloras el lienzo puro. Un cuervo de brillantes ojos negros se acomodó en el alféizar de la ventana y una helada brisa pasó sin pedir permiso y se fue por la puerta abierta. Tanto fue el dolor, tanto el sufrimiento, que se le nubló la vista y se perdió en una espiral de oscuridad. Al despertar, un trozo de blanca tela saludaba al sol que secaba las lágrimas de su húmeda piel. El pintor despertó, confuso y aturdido, intentando recordar la noche anterior. Y decidió pintar un cuadro mientras hacía memoria. Poco a poco, otra montaña de escombros sin respuesta comenzó a dejar su pesada carga encima del alféizar del alma, que miraba a la ventana pidiendo clemencia sin hallarla.

2 comentarios:

Naia Marlo dijo...

Hola Angel, Me venido rauda y veloz a tu casa para saludarte y darte las gracias por dejar tus palabras.
Hermoso texto, cuando la inspiración no quiere brotar pero algo dentro de uno necesita sacar. Porqe antes debe limpiar.

Un abrazo muy sereno par ti,
Naia

Daniel Pérez Penagos dijo...

Eso sucede cuando nos llenamos de ideas, pero no podemos ponerlas en accion. La locura es notable en tu texto, siempre lo es.
Abrazos.