Hace dos décadas que me diste la vida. Desde entonces, no ha faltado un día que no hayas dado parte de la tuya para que la mía sea mejor. Con mejor o peor resultado, a veces antes o después, pero siempre acabas por sacrificar todo cuanto puedes y no dudas un sólo instante en hacerlo si con ello nos sentimos mejor.
Ya he perdido la cuenta de las veces que la vida te ha dicho que no, pero tú le das la espalda y sigues. Si alguna vez te dijeron nunca, no lo escuchaste e insististe. Abrazas la vida con tanta fuerza que en ocasiones la estrujas y a lo lejos se escuchan sus quejidos. Eres incansable, inagotable, incombustible, imparable, y aunque a veces, como todos, porque eres un ser humano al fin y al cabo, te eches las manos a la cabeza y no sepas qué hacer, siempre acabas sacando la fuerza de donde no la hay para seguir luchando, inventándote las ganas si no las tienes.Si el mundo fuera justo, hace tiempo que tendrías que vivir la vida que tú quisieras, porque no hay nadie más sobre la Tierra que haya luchado con tanta voluntad por ello. Pero si así fuera, puede que por el camino dejaras de hacer feliz a tanta gente a la que rodeas, porque quizás sea ese tu destino en el mundo, el de sacar una sonrisa a todo aquel que se acerca a ti, el de enseñarle una nueva forma de ver las cosas que nunca había descubierto. Eres única en el mundo y en el tiempo, pues por mil años que pasen no habrá jamás nadie como tú.
Hace dos décadas que me diste la vida y desde entonces no has parado de empujarme siempre un poco más para seguir luchando, aunque empujando te hagas tú heridas, pero no te duelen o las ignoras. Podría llenar el mundo con la palabra "gracias" escrita en millones de papeles y en mil idiomas y no sería suficiente. Podría pasarme el resto de mi vida intentando agradecértelo y necesitaría dos vidas más porque no sería bastante. Y ojalá algún día pueda devolverte la mil millonésima parte de lo que me has dado para poder descansar en paz, y hasta entonces, el sólo hecho de intentar conseguirlo es un motivo para seguir un paso más, para continuar sorteando los obstáculos que alguien insiste en colocar en el camino. La vida no nos lo pone fácil, pero me has enseñado que la palabra "rendirse" no existe, y a tacharla cada vez que aparece para cambiarla por oportunidad. Y aunque a veces tenga más o menos éxito, siempre lo intento, porque hay lecciones que merece la pena llevarlas a cabo por el mero hecho de existir y hay experiencias que merecen la pena vivirse por el simple hecho de poder contarlas.
Hace ya mucho tiempo -no digo cuánto por no ser maleducado- que viniste a este mundo. Dios, Yhavé o Alá, o como se quiera llamar, debió verter el frasco de la vida en ti, como cuando Obélix se cayó en la marmita de la poción. Y así, desde ese momento, eres todo vida, todo energía, y así sigues por el mundo, siempre dando sin esperar nada a cambio, sin miedo ni vergüenza, eso son conceptos que no se inventaron para ti. Tú sólo conoces la voluntad, la alegría, las ganas, la fuerza, la pasión, la perseverancia, el optimismo...
Hoy has cumplido años, pero sigue siendo igual de joven que siempre. Y ahora en la vida has elegido otro camino, uno nuevo e incierto, del que nada se sabe, pero del que sé algo seguro: lo seguirás hasta el final con todas las consecuencias y nunca te dejarás amedrentar por nada ni nade, ni siquiera por ti misma, que a veces es lo más difícil.
Te quiero tanto que no tengo espacio en el pecho para que el corazón lata cuando lo pienso, y aunque el tiempo ha pasado y ya no soy aquel que entraba en vuestra habitación por la mañana gritando a viva voz que ya era por la tarde, ni aquel que se sentaba en un sofá con una tapa redonda, una grapadora y una perforadora para imaginar que conducía un coche, siempre te querré tanto como aquella vez que entre tú y papá estuvisteis una noche en vela para montar el estupendo escritorio que los Reyes Magos me habían dejado.
En fin, dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Espero que sea mentira porque te mereces algo más que la mitad del doble. Disfruta de tu día tanto como puedas y como te dejen, y aunque hace tiempo hayamos perdido a nuestra vaca particular -seguramente no resistió mi ímpetu de piloto- siempre nos quedarán los viajes que en ella vivimos.
Felicidades mamá.
Lo imposible es sólo aquello que es un poco más difícil de conseguir.
2 comentarios:
Perdona por haber tardado tanto en contestarte, pero desde el ordenador de la escuela y a salto de mata no podía hacerlo. Ha sido un maravilloso regalo de cumpleaños; de hecho no se me ocurre otro mejor ni de tantísimo valor para mí -por lo que supone y por el momento en concreto en que me ha llegado- También ha sido una sorpresa inesperada y, en cierta manera, creo que inmerecida... No sospechaba yo que tuvieras esa imagen de mí, y creo que en realidad no es tanto como tú dices; pero aunque fuera la milmillonésima parte de eso ya sería muchísimo para mí. Siempre me ha generado bastantes dudas e inseguridad esta forma tan especial que tengo de enfocar mi tarea de madre –porque en cierta manera reconozco que tal vez os exija a vosotros enfrentaros a situaciones y enseñanzas que exceden con mucho la capacidad de un niño-; y el caso es que de repente vienes tú con este maravilloso regalo de cumple, et voilà!!!: materializas de la nada más incierta un "a modo de " documento de legitimación que para mí tiene la máxima validez y credibilidad posibles... Y todo esto lo haces en un momento de mi vida en que tal vez lo necesitaba más que nunca; y todo esto lo haces a tus veinte años de vida -vida que yo no te he dado, como tú dices, porque ninguna madre da la vida sino que sirve de canal, de vehículo, para que la Vida se transmita desde que hizo su aparición sobre la faz de la Tierra...-, y con la solidez y la confiabilidad que te dan tu inteligencia, sabiduría, equilibrio, humildad y capacidad de discernimiento... Por todo ello, entenderás hasta qué punto ha sido importante para mí este maravilloso post que has tenido a bien dedicarme!!
En fin; que muchas, infinitas, gracias por esto... Que te quiero hasta el infinito y más allá -como te decía cuando eras pequeñito: ainsssssssss! cómo pasa el tiempo...- y que me alegro cada día más de haberle hecho caso al doctor Vázquez- Roel. No hace falta que te diga el porqué...
Y sobre el tema de la vaca: estoy convencida de que pronto tendrás tú la tuya propia, y la disfrutarás tú solito. Y yo, pues estaré como siempre feliz de verte a ti disfrutar. Yo de momento creo que voy a dejar la ganadería de vacuno por un tiempo, jejeje!!
Te quierooooooooooooooooooooooooooo!!
Por cierto, hay una leve matización que no quiero dejar de hacer porque me parece importante. La vida siempre es justa y te da exactamente aquello que necesitas en cada momento; sucede que tal vez lo que uno necesita no se ajuste con lo que uno quiere, y sucede también que para ser justa, tal vez la vida deba proceder en ocasiones de forma injusta -como tú dices...- Esto es algo que he aprendido con los años y con la experiencia; y aunque tú debas aprenderlo del mismo modo, creo que es importante que te lo diga.
Ángel: pocas veces -por no decir ninguna- creo que la vida nos diga no; somos nosotros los que nos decimos no casi a diario. Es nuestra tarea descubrirlo y está en nuestras manos cambiarlo...
Un beso, hijo. Gracias por existir.
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