sábado, 31 de diciembre de 2011
Sin regalo
jueves, 29 de diciembre de 2011
Diálogo de fondo
lunes, 26 de diciembre de 2011
La burla de los grandes
martes, 20 de diciembre de 2011
Sueños de goma quemada
Y en medio de la noche comprendió que nunca dejaría de tropezar, porque aunque sabía que, con casi total seguridad, se caería, la mínima esperanza de poder saltar y permanecer en el aire aunque fuera un sólo instante habría merecido la totalidad de su vida... Y una vez en el suelo, renegaría de todo lo que acababa de pensar. Era cierto según en qué momento: en el aire todo es posible, en el suelo todo es negro, y a mitad de camino sólo hay tiempo para llenar la mente con sinsentidos que aparten a la razón de tan arriesgada empresa. Porque los sueños son aquello que hacen que el corazón vaya más rápido o más lento, porque sin ellos, la vida sería un paseo aburridamente confortable. Sabe que se ha pasado de frenada, pero en la próxima curva volverá a frenar tarde... siempre hay tiempo de contravolantear... y si no, Dios dirá. Al menos, lo último que oirá será el chirriar de las ruedas derrapando en el asfalto, y el olor a goma quemada de aquel que dejó las dudas en el garaje.
martes, 13 de diciembre de 2011
Heridas de guerra
Vuelven a elevarse los muros
de la infinita inconsciencia,
aquellos que levantan humo
ante tu palpable presencia.
Vuelven los pájaros a cantar
a la luz de una Luna siniestra,
aquellos que por el día amenecen
mudos y muertos de impaciencia.
Vuelven y se van,
vienen pero no se quedan,
en mi corazón siempre dejan
su indeleble huella.
Eres tú, y quienes ya fueron,
y aquellos que serán
en mi cabeza un quebradero;
quienes siembrar una semilla,
alimentan su juventud,
y en el momento de la madurez,
la dejan marchitarse hasta perecer.
Soy yo el que empuja a su corazón
a latir mucho más fuerte,
tanto que en el pecho se siente
que parece que va a salir.
Pero fuera no es más que carne,
inerte y manchada de sangre,
la que deja el amor perdido
en una tarde de invierno sin sentido.
Y algún día llegarás y dejarás tu marca,
pero te quedarás para poder curarla,
y cada noche que a mi lado despiertes
comprenderás que mi alma no miente,
y si te mira a los ojos vehemente
es porque tiene tu nombre bordado
en cada uno de sus pliegues.
miércoles, 7 de diciembre de 2011
Ni contigo ni sin ti
domingo, 20 de noviembre de 2011
Sentarse a esperarse
jueves, 17 de noviembre de 2011
Por aquellos que van pero no vuelven
Hace tiempo que descubrí tu fachada, que te quité la máscara de apariencia con la que disfrazabas la cruda verdad. Hace tiempo que te conozco y, aún así, no me acostumbro a ti. Me sigues a todas partes, lo llenas todo con tu molesta y estúpida presencia, la de quien quiere estar pero no debe. Y tú, con tus andares petulantes y tu sonrisa malévola inundas mi alma con la rabia de aquello que se va, con la tristeza en el corazón que latía pidiendo un cambio pero que se arrepiente y clama al cielo otra oportunidad. Nunca pensé que fueras a llegar, nunca creí que tu existencia fuera real, te creía una imagen terrorífica de un cuento de hadas mal escrito. Y aquí estás, ensuciando los pinceles con los que pinto mi vida, dejando tu rastro de sucia imperfección en cada detalle, en cada esquina, en todos los recónditos escondrijos de los dibujos que guardo debajo de la almohada, para que cada noche cobren vida y se desprendan de ti. Pero no hay cura sin dolor, esa es la razón, esa es tu razón. Y mientras supura la herida de un corte profundo, los segundos van pero no vuelven, el pasado se queda atrás mientras el futuro me llama ansioso. Mientras el corte aún escuece al aire, espero cada luna llena con la esperanza de que te conviertas en alguna criatura nocturna, en otro personaje de cuento de hadas y desaparezcas. Pero has llegado al final de un capítulo y ya no puedo hacerte desaparecer. Vas a conseguir poner el punto y final, conseguirás llevarte el nombre de las páginas manchadas de café, aquellas que leí intentando permanecer despierto esperando algo, no sé el qué. Y tu aparecerás al final de la obra, y serás un personaje secundario que no dudó en ponerle la zancadilla al principal para tener su minuto de gloria. Has llegado para irte, llevándote contigo algunos de mis dibujos que tu enseñaste. Y aunque ya lo sé, aunque soy consciente, cuando te vayas gritaré, me romperé la garganta y arrojaré mis cuerdas vocales a la tierra, clamando que vuelvas, que des media vuelta y dejes mis dibujos debajo de la almohada, que recojas los jirones en los que convertiste mi sábana. Y con el corazón en la mano te rogaré que lo recojas todo y te vayas para no volver más. Estás haciendo las maletas, y de reojo veo que me dejarás con una mano delante y con otra detrás, lo suficiente para dar un puñetazo sobre la mesa y jurarte que nunca volverás. Mientras, vivo temiendo el momento en el que escuche el portazo que darás un aciago día de verano que nunca podré olvidar.
lunes, 31 de octubre de 2011
De mariposas, hadas y locos
No te conozco y, cada vez que sueño contigo, no puedo evitar sonreírle a la noche que se sonroja y saca a relucir sus luminosas pecas. No sé quién eres, pero si te conociera, conseguiría que la felicidad te pareciera un juego de niños.
No sé dónde estás, ya no sé dónde buscarte. Se me agrietan las manos de revolver la arena, se me secan los ojos de mantenerlos abiertos, se me hiela el corazón de tanta expectación fraudulenta.
Y cada día que pasa, me siento más pesado, y cada segundo que te imagino con los ojos cerrados y desapareces al abrirlos me vuelvo más loco. Escucho pasos detrás de mí y me hierven las venas sólo de pensar que puedas susurrarme al oído aquello que quiero escuchar.
Has sembrado el caos en mi vida y aún ni siquiera existes. Has conseguido que pase noches en vela, días en espera. Y en cada corazón que tengo la desfachatez de acercarme a escuchar, buscando un ritmo conocido, pierdo un ápice más de mi dignidad mientras, tú, en algún lugar, te ríes inconscientemente de este pobre enamorado del amor que te busca y no te encuentra, te persigue pero desespera al pensar que todo pueda ser en vano.
Ni siquiera has tenido la decencia de dejar un rastro, un aroma que aspirar, una sonrisa con la que soñar, un trozo de un papel con la mitad de un número el cual rellenaré infructuosamente con todas las combinaciones esperando que al otro lado escuche una voz, escuche un suspiro y las mariposas que me he comido pidan salir de la cárcel que las oprime.
Mientras, sigo buscándote en mil bocas, robando mil besos a desconocidas, a un puñado de almas errantes que ni sienten ni padecen más que el puro placer de la fugacidad.
Empiezo a pensar que no seas más que un sueño, y que pasaré el resto de la vida dejando un montón de marcas delebles que el tiempo consumirá con la malicia de aquel que lo sabe todo pero no se lo cuenta a nadie
Y aun así, esta noche contigo soñaré, y al despertar volveré a buscar entre mil interrogantes la respuesta a un cuento de hadas del que jamás leí su final.
viernes, 28 de octubre de 2011
El árbol de la vida
domingo, 23 de octubre de 2011
Grandes cosas, pequeños comienzos
Hay grandes cosas que empiezan siendo pequeñas. La vida, por ejemplo, en su inicio no es más que un par de células y acaba siendo una huella imborrable en otras vidas, que en su momento fueron también otro par de células.
Hay grandes amistades que surgen en pequeños momentos como, por ejemplo, conocer al amigo de una amiga enfrente de un ascensor. Amistades que, a pesar del tiempo y del espacio, permanecen inalterables en su esencia. Porque compartir entre tres una habitación para dos lo hace todo más entretenido. Y compartir entre dos una habitación para uno lo hace todo más profundo.
Lo dicho, hay grandes cosas que comienzan siendo pequeñas. Igual que hace veinte años un gallego no pasaría de los tres kilos y sería igual de enano que dos palmos. Ahora es más alto que yo e incluso me gana corriendo, ni qué decir nadando. Y seguramente acabará, como ya dije una vez, en un increíble piso con vistas a la Gran Manzana siendo uno de los mejores publicistas, porque imaginación y ganas le sobran. Pero hay algo en lo que es muy grande y empezó siendo pequeño. Es un gran amigo, uno de esos que no se olvidan. Las cosas podrán cambiar, ser distintas, a mejor o a peor, pero si yo le hablo de pelotas azules, él me responderá hablando de pelotas rojas y los dos sabremos de qué hablamos.
Felicidades, peloto azul.
Recuerdos desde el páramo desértico.
PD: Me tiraste tú el vaso y lo sabes.
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martes, 18 de octubre de 2011
El mundo es para los valientes
Son ellos los que nos hacen reir, quienes nos hacen vibrar, los que, muchas veces se juegan la vida por ellos, por nosotros, por todos, por dejar una huella allá por donde van, porque su paso por el tiempo no sea una marca en la arena que la marea pueda borrar, sino un texto en piedra que jamás desaparecerá.
Sus vidas alimentan las del resto, hacen los sueños algo más humanos, algo más cercanos. Hacen que cada latido, por insulso que sea, cada suspiro, contenga la emoción de lo imposible, de lo inimaginable, de lo atrevido.
Porque la vida no está para verla pasar, porque es mejor saborear el más pequeño de los mejores dulces que la mayor barra de pan. Porque, para algunos, dedicar su vida a una pasión es más satisfactorio que ir de flor en flor sin recordar. De ellos es el mundo y su recuerdo nunca perecerá.
Aún retumban los motores encendidos, sólo uno se apagó. Pero el recuerdo permanecerá en el tiempo y la pasión jamás morirá. El mundo es para los valientes.
Descanse en paz.
En memoria de Dan Wheldon.
domingo, 9 de octubre de 2011
Una melodía diabólica
jueves, 22 de septiembre de 2011
La mierda de debajo de la alfombra
Al abrir los ojos, todo sigue igual. Y en su búsqueda del bien y el mal se topa con la escurridiza verdad. Remueve la casa, lo pone todo patas arriba, mas la verdad no se busca ni se tiene, la verdad a veces ni siquiera existe. Pero él no atiende a razones ni a sinrazones, él sigue pensando cada paso que da con la intención de no pisar demasiado fuerte, no sea que rompa la baldosa o esta se pueda quejar.
La gente le mira extraño cuando lo ve dudar bajando los escalones, cuando nota en su mirada el debate interno de su mente ante las más simples preguntas. Y entre tanta verdad, entre tanto bien y mal, nunca se dará cuenta de que las cosas no son, las cosas fueron o están siendo. En una película, puedes pensar si lo que ya has visto estuvo bien o mal, pero quizás por culpa de ello te pierdas la mejor escena, y quizás nunca te des cuenta del grandioso final porque quieres adivinarlo antes de que llegue a empezar.
Pobre Pablo, ni siquiera se da cuenta de que está viendo una película. Está más preocupado en no infligir demasiado daño al sofá.
martes, 13 de septiembre de 2011
El secreto de las sábanas
sábado, 10 de septiembre de 2011
La caja de Leyre
domingo, 14 de agosto de 2011
Los maullidos de Eduardo
viernes, 12 de agosto de 2011
El fin del pequeño nómada
jueves, 11 de agosto de 2011
Se busca río perdido
Se busca río perdido. Se buscan ganas de vivir.
La Madre Naturaleza busca unos peces menos tontos e ilusos que sepan a dónde tienen que ir.
lunes, 11 de julio de 2011
Mind the gap
martes, 21 de junio de 2011
Pinceles
viernes, 10 de junio de 2011
Por ti y por mi, por todos mis compañeros
lunes, 28 de marzo de 2011
La cotilla de Sandra
Ayer se levantó, desayunó, se vistió, fue al trabajo. A medio día bajó a comer un sándwich mixto con la cotilla de Sandra y con Juan, volvió al trabajo, llegó a casa, se descalzó, se echó en el sofá, encendió la tele y puso música, se preparó la cena, se la comió, se puso el pijama y se acostó.
Hoy se ha levantado, se ha quedado mirando el armario, ha tirado las faldas y los tacones por la ventana, se ha puesto unos vaqueros y unas deportivas y se ha largado a hacer de su vida algo mejor. Quizás no coma durante semanas, no tenga donde dormir, pero saber que está buscando algo que la haga feliz alimenta los sueños de los que realmente quiere vivir. Hoy la cotilla de Sandra le dará la tabarra a Juan, porque Andrea se ha ido a vivir su vida. Pobre Juan.
lunes, 14 de marzo de 2011
La búsqueda
Y ya no sabe dónde mirar. De hecho, casi ya no sabe ni qué buscar. Abatida, se desploma en el sofá y cierra los ojos, quedando a merced de los sueños.
Hace frío, mucho frío, y algo de viento, que cada vez es más fuerte. Y cada vez más, hasta que le silba tan fuerte en los oídos que decide despertar. Y al abrir los ojos, el horror la consume. Su sofá está en el centro de un montón de escombros de lo que antes era su casa. El viento parece querer llevárselos consigo. Ella, asustada, se aferra a lo único que le queda, al dolor de la pérdida, pues eso le hace sentir que alguna vez tuvo algo. Cuantas más tablas de madera intenta acumular en su sofá, más se astillan sus manos, y más enfurecido el viento aulla. Al final, el agotamiento puede, y se deja a merced del tiempo. El mar ruge, grandes olas batallan por ser la más grande, por ser la más temible, y en su batallar, salpican su rostro. Entre tanta lucha, ella se sienta resignada a contemplar lo inevitable. Y tanta es su calma, que el cielo se contagia y entre las nubes se cuela un intenso rayo. Las olas se amansan y el viento se cansa de tanto soplar. Contenta, se echa en el sofá, disfrutando del sol y del olor a madera y sal.
Al despertar, su casa está donde siempre, y en el centro su sofá. Pero ya no busca nada porque lo acaba de encontrar. Tanto buscar bajo rocas y entre cortinas y se encontró al soñar. Fuera, las gaviotas planean en silencio, pues no la quieren despertar, buscando una sardina descuidada que se asome a curiosear.
miércoles, 9 de marzo de 2011
Jaque mate
domingo, 20 de febrero de 2011
Caja de sorpresas
jueves, 17 de febrero de 2011
Las cosas simples
domingo, 6 de febrero de 2011
Retales
viernes, 4 de febrero de 2011
Temeroso y temible
miércoles, 26 de enero de 2011
La mudanza desastrosa
Gracias a Alicia por el taller de literatura. Como dice el refrán, lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Gracias a Ana por leer incansable todo lo que escribo y sus innumerables consejos.